La huelga anunciada para este mes de marzo por los sindicatos de los estibadores siembra de dudas la actividad de toda una cadena de empleos ligados a la estiba. Las primeras estimaciones hablan ya de unas pérdidas de 100 millones de euros.
Huelga de los estibadores
Aunque se han suspendido los paros de actividad previstos para los próximos días 6 y 8 de marzo, la situación sigue siendo muy compleja en cuanto a la huelga de los estibadores y no hay atisbo de entendimiento entre los representantes de los trabajadores y el Ministerio de Fomento. La convocatoria inicial de huelga se extendía a tres semanas en sucesivos días alternos, hasta el 26 de marzo, pero la situación ha dado un giro tras el rechazo de las fuerzas de la oposición al Gobierno sobre el Real Decreto Ley, aprobada el pasado 24 de febrero.
Los estibadores sostienen que la normativa propuesta “ofrece a los grupos financieros y especuladores internacionales la oportunidad de deshacerse de sus trabajadores a cuenta del erario público, de precarizar el empleo y las condiciones de trabajo". Lo cierto es que desde Bruselas se ha dado el visto bueno a la iniciativa gubernamental. La reunión que se producirá en Madrid entre la comisaría europea de Transportes, Violeta Bulc, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ahondará en este punto.
Desvíos hacia países que son competencia directa
El impacto económico de la situación es enorme. No solo se trata de los cerca de 100 millones de euros que se estima que ya se han perdido, sino de que no hay una solución inmediata a la vista, lo que prolongaría esta sangría. Las navieras internacionales comienzan a desviar hacia otros países sus mercancías, países que además son competencia directa de España. Las principales alternativas a los puertos españoles son las terminales de Lisboa, Marsella o Tánger. La medida más elocuente es la que ha tomado la naviera danesa y líder del mercado Maersk Line, que ha comunicado que desviará buques a otros puertos del Mediterráneo.
Pérdidas de 350 euros al día por vehículo
La huelga de estibadores tiene como consecuencia directa el frenazo a la actividad de los transportistas por carretera, que podrían perder 350 euros al día por vehículo, según los datos de la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer). Los profesionales de la carretera habían denunciado hace semanas que la actividad en las estibas había bajado en lo que denominaron como huelga encubierta para presionar al Gobierno. En este momento es común comprobar a colas de camiones que realizan carga y descarga a un ritmo mucho menor.
La preocupación no se limita a los días, por lo tanto, en los que hay anunciado cese de actividad, sino que se extiende al resto, ya que habrá que compensar los retrasos en las entregas a los clientes desde unas terminales que, por otra parte, estarán sobrecargadas.
Las manufacturas, las más afectadas
Las mercancías manufacturadas son las más afectadas por la situación de detención de la actividad. Sin embargo los carburantes, que se distribuyen mayoritariamente por oleoductos, y los alimentos perecederos, serán los menos aquejados. Por otra parte, es de esperar un complicado proceso judicial cuando se produzcan reclamaciones de daños y perjuicios por parte de las empresas de transporte que afrontan retrasos sobre los plazos fijados. En muchos casos, el impacto que tendrá sobre la generación de ingresos en muchas empresas la detención de la actividad puede incluso poner en riesgo la continuidad del propio negocio.